Los nuevos retos tecnológicos, la globalización de la industria y el incremento de la conectividad están generando importantes oportunidades y desafíos para cualquier organización.
La necesidad de un nuevo posicionamiento y una renovación implica cambios estructurales y productivos con el objetivo de convertir a las empresas en Industrias inteligentes; con gran capacidad de adaptación a las necesidades del cliente y una mayor eficiencia en los procesos y proyectos que lleve a cabo.
Industria 4.0 implica digitalización, integración y análisis. A continuación, detallamos las claves para lograr una conversión a Smart Factory:
1. La digitalización de los procesos
Una de las principales claves que definen la Industria 4.0 es la digitalización de los procesos productivos en las fábricas, y esta se realiza mediante sensores y sistemas de información para transformar los procesos productivos y hacerlos más eficientes.
La automatización de procesos, la monitorización de los parámetros de las máquinas, la detección de errores o la gestión de alarmas son puntos esenciales de la digitalización de procesos. Básicamente, el Internet of Things.
2. El análisis de datos como base para mejorar las relaciones con los clientes
Los clientes estarán en el centro de los cambios en la cadena de valor, los productos y los servicios, los cuales se adaptarán cada vez más a sus necesidades. Las organizaciones deben ser capaces de analizar, de forma predictiva, las necesidades del cliente gracias al manejo de grandes volúmenes de información con sistemas de Big Data.
Para ello, será esencial integrar diferentes sistemas y cruzar todos los datos presentes en la cadena de valor, tales como, por ejemplo, los ratios de producción, el consumo eléctrico de la fábrica, las ventas por categoría de producto y los tiempos de los procesos de logística.
3. La implicación y colaboración de las personas
La empresa inteligente requiere de un enfoque hacia las personas como los mejores prescriptores para superar los retos tecnológicos venideros. Se deben establecer métodos colaborativos para implicar, en la parte creativa y de definición de proyecto, tanto a empleados de la compañía como a agentes externos y clientes.
También es clave el uso de herramientas comunicativas, tales como las redes sociales, para ampliar este efecto colaborativo. El único objetivo del proceso pasa por lograr una definición de producto más acertada, global y consensuada.
4. Ventas eficaces y 24/7
El canal de ventas y distribución debe aprovechar el volumen de datos generados y analizados para acercarse al cliente y realizar acciones de venta más eficientes. La generación de leads segmentados permite apuntar a cada cliente con la campaña de marketing que más probabilidades tiene de satisfacer sus necesidades.
Además, se debe disponer de canales de venta y postventa digitales para ofrecer al cliente un contacto directo en cualquier momento, desde cualquier dispositivo y en cualquier lugar.
5. La flexibilidad como ley de vida
Por último, las empresas inteligentes deben tener la capacidad de ofrecer productos a medida, pensados para un número de clientes inferior, pero con una alta versatilidad para adaptarlos a un gran número de mercados. La flexibilidad para pasar de productos genéricos masivos a productos adaptados a cada cliente es un factor clave para evolucionar la cadena de valor de la compañía.
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